«La patria no es una bandera ni una pistola,
la patria es un niño que nos mira»
Gloria Fuertes
Silvia Venegas, directora del cortometraje
Nuestra vida como niños refugiados en Europa, ha expresado sobre su película: «
El objetivo del documental es buscar un lugar de encuentro en estos tiempos convulsos para escuchar, conocer y entender a los menores refugiados que han llegado a Europa. Son los más vulnerables y nuestra actitud hacia ellos marcará su futuro y el nuestro».
Nuestra vida como niños refugiados en Europa responde a la necesidad urgente de visibilizar una de las poblaciones más indefensas y olvidadas de la sociedad occidental actual: los niños, niñas y adolescentes que, huyendo de la pobreza y la guerra en sus países de origen, y tras un viaje traumático, llegan a Europa adquiriendo la calidad de refugiados, una situación legal con serios cuestionamientos acerca de la protección de los derechos de la infancia.
Este cortometraje documental, a través de testimonios, nos muestra la perspectiva de niños y jóvenes sobre sus circunstancias. Para los más pequeños, es incomprensible cómo una sociedad que, según les han dicho, es más desarrollada que las de su procedencia, les trata injustamente. Para los adolescentes, el paso a la edad adulta, cumplir la mayoría de edad, se convierte en un abismo, ya que pueden ser deportados a sus países de origen. La realidad de estos niños y jóvenes es desesperanzadora; sin embargo, para ellos la única opción es la lucha por sus derechos.
De acuerdo con UNICEF, la situación de los menores migrantes y refugiados en Europa es alarmante. Según cifras de 2018, 1 de cada 4 personas migrantes y refugiadas es un niño o niña, lo que significa que son alrededor de 35.000 los que han llegado a Europa (sobre todo a Grecia, España, Italia y Bulgaria) procedentes en su gran mayoría de Siria, Irak, Nigeria, Guinea, Bangladés o Marruecos. Estos niños, niñas y adolescentes huyen de la guerra y la pobreza extrema de sus países para realizar un viaje peligroso, en el que muchos pierden la vida o son maltratados y/o explotados sexualmente, y llegar finalmente a países europeos donde su situación no es mucho mejor. Y, cada vez en mayor número, estos menores hacen el camino solos.
Esta obra, premiada con el Goya 2020 a Mejor Cortometraje Documental, se recomienda especialmente para ser trabajada en asignaturas y actividades sobre valores sociales y cívicos con énfasis en derechos humanos, derechos de la infancia y cooperación al desarrollo, con estudiantes de edades entre 10 a 15 años, que se corresponden con los últimos años de Primaria y de Educación Secundaria.
Nuestra vida como niños refugiados en Europa busca sensibilizar al público para que participemos como ciudadanos en las responsabilidades que nos corresponden frente a los cientos de niños, niñas y adolescentes que huyen de su tierra con el fin de buscar en Europa un verdadero hogar, donde el respeto a sus derechos les garantice una vida mejor. En definitiva, es una película sobre nuestros deberes.