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sólido guion de Uno para todos, escrito por Coral Cruz y Valentina Viso a partir de una 21
idea de Ilundain (que a su vez se inspiró en un hecho real leído en la prensa), se aleja
rápidamente de lo previsible y añade capas de complejidad con un giro inesperado:
Aleix pronto averigua que ninguno de sus alumnos quiere que el compañero enfermo
vuelva a clase. Sin desvelar los motivos de esta oposición colectiva, solo diremos que
el problema desencadena a su vez un crisol de conflictos que implicarán a alumnos,
familiares y profesores, y en los que el ámbito escolar se mezclará con el familiar e
incluso con el sentimental (como sin duda sucede en la vida real).
Uno para todos es una historia de superación y esperanza que aborda con sencillez y
naturalidad temas tan importantes como la empatía y el perdón, la necesidad de educar
en el respeto al otro, la aceptación de la diferencia y la diversidad, el trabajo en equipo
o la lucha contra la exclusión, la segregación y la estigmatización. Y lo hace desde
un punto de vista humanista que en ningún momento roza la sensiblería ni el énfasis
melodramático, sino que, por el contrario, apuesta por la mayor verosimilitud posible y
por acercarse a la realidad actual de las aulas –tocando asuntos tan relevantes como
el bullying o la precaria situación profesional de muchos docentes interinos. Dicho
esto, la película no se limita a contar la vida laboral del protagonista (un Verdaguer en
estado de gracia, cercano y verosímil, pero también complejo e incluso enigmático).
También muestra con realismo cómo en la escuela se superponen los ámbitos público
y privado –muchas veces sin solución de continuidad–, y que lo personal siempre
condiciona lo profesional (y viceversa).
Desde Platino Educa queremos dar la enhorabuena a todo el equipo y el reparto de
esta espléndida película que nunca nos cansaremos de recomendar, y que resulta de
visionado obligado para todos los que tengan el más mínimo interés en el mundo de
la educación (sea desde el encerado, desde el pupitre o desde casa). Porque como
bien expresa el profesor Aleix, lo que se decide en las aulas es mucho más que notas y
exámenes: es el futuro de nuestra sociedad en su conjunto. Y con películas como Uno
para todos, imaginar un futuro mejor se nos hace a todos un poco más fácil.